Esta actividad busca el reconocimiento del trabajo de investigación y prevención que realizan diferentes instancias académicas y administrativas de la Universidad de Los Andes, en materia de Gestión de Riesgos, las cuales, en contraposición con otras universidades del país, tienen un largo trecho recorrido y  resultados por mostrar en pro de la sociedad.

Para el Coordinador General del Cdchta, profesor Alejandro Gutiérrez, este esfuerzo es parte de un trabajo que ha venido respaldando el Cdchta en materia de gestión de riesgos, como lo es la conformación de una Comisión de Riesgos de la Universidad de Los Andes, la cual recibió, el pasado lunes, el aval del Consejo Universitario con lo cual comienza a reconocerse quiénes son los investigadores ulandinos en la materia, cuáles son sus investigaciones, qué instancias administrativas cooperan en cuanto a gestión, entre otros aspectos.

“La Universidad de Los Andes –indicó Alejando Gutiérrez- es una de las universidades, o quizás la universidad del país, que más esfuerzos académicos ha venido haciendo en este tema, por lo que actualmente se encuentra gestionando la Maestría en Gestión de Riesgos, ofrecida por la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, la cual será pionera en el país, además de promover la conformación de una Comisión de Riesgos que, desde el Cdchta respaldamos, ya que la idea es seguir al servicio de la sociedad venezolana y, en especial, de los Andes, que es una zona muy vulnerable, desde el punto de vista de eventos socio naturales”.

El conocimiento albergado en la Universidad de Los Andes, en materia de gestión de riesgos, fue ofrecido por el Coordinador General del Cdchta a organismos públicos y privados que requieran cualquier tipo de asesoramiento en esta importante área.

El coordinador e impulsor del evento fue el profesor Raúl Estévez, reconocido por los ulandinos y merideños como un experto en la gestión de riesgos de desastres quien indicó que “un día posterior a la conmemoración de los 200 años del terremoto de 1812, estamos repensando qué se ha hecho hasta los momentos en materia de gestión de riesgos dentro de la universidad. Es un volumen extenso, pero es lamentable que el trabajo no tenga visibilidad, pues poco se conoce de lo que se hace en nuestra Alma Mater.”

En este sentido, anunció que la idea es mostrar qué se hace, así como lograr que ese trabajo logre un respaldo institucional, mediante la generación de una política “donde la universidad fije su posición frente a la gestión de riesgos”. De allí la necesidad de la conformación de una Comisión de Riesgos, cuya primera tarea será la creación de una página web conectada con la página central de la ULA, a fin de dar a conocer el trabajo que se viene realizando, desde hace muchos años, además de la divulgación de una publicación como resultado de estas jornadas, celebradas este martes.

Diferentes visiones, un mismo trabajo

Algunos representantes de instancias académicas mostraron sus logros así como el énfasis que han hecho en cuanto a la necesidad de que la población conozca los riesgos y, en consecuencia, prevenga los eventos que podrían presentarse.
El profesor Pedro Rivero, representante de la Facultad de Ingeniería, Escuela de Ingeniería Civil, del Departamento de Estructuras, desarrolla una amplia interacción con las comunidades a través de la detección de zonas de riesgos, es por ello que indicó que la idea es que la gente se sensibilice, se concientice, maneje la información correcta y esté mejor preparada en caso de que ocurra un evento natural.

Por su parte, la profesora Stephanie Klarica, de la Facultad de Ciencias, Laboratorio de Geofísica, explicó que desde comienzos de los años 80 funciona este laboratorio, cuya primera función es el seguimiento sísmico de los Andes de Venezuela, por lo que cuentan con una red de estación sismológica, ubicada, sobre todo, en el estado Mérida y que abarca 12 estaciones que miden, en tiempo real, el movimiento sísmico que se produce en la zona.

Para Klarica la prevención es una prioridad a la hora de que ocurra cualquier evento sísmico, es por ello que considera de vital importancia que en cada hogar se establezca un plan de acción, pues un terremoto de gran intensidad, como el ocurrido en 1812, podría repetirse.

La educación también es uno de los factores determinantes a la hora de que ocurra un terremoto o cualquier otro evento natural, pues definirá nuestra reacción frente al mismo. En este sentido, la Fundación para la Prevención de Riesgo Sísmicos, Fundapris, maneja un área de educación en la materia, coordinado por Nelis de Quintero, quien habló del importante papel de formación que llevan a las escuelas merideñas que lo soliciten, tanto para los niños como para los docentes. “La idea es que las escuelas, desde los primeros años de formación, manejen la información necesaria por si llegara a presentarse un evento sísmico, ya que un terremoto no puede predecirse, es por ello lo importante de la prevención y la mitigación”.

Además de estos investigadores y formadores, en algunos casos del área de Gestión de Riesgos, participaron representantes del Instituto de Geografía y Conservación de los Recursos Naturales, el Cidiat, la maestría en Gestión de Riesgos, el Diplomado en Gestión de Riesgos, el ICAE, la Escuela de Ingeniería Geológica, la Escuela de Ingeniería de Sistemas, las facultades de Arquitectura, Medicina, Odontología, Ciencias Jurídicas y Políticas, la Escuela de Educación y los servicios de emergencia y seguridad.

El norte a seguir, para el grupo de investigadores que han respaldado la creación de la Comisión de Riesgos de la Universidad de Los Andes, es continuar impulsando todas las investigaciones que se realizan en materia de riesgos en la ULA  así como la consolidación de esta Comisión, a partir de los frutos alcanzados durante los más de 40 años de instauradas las primeras investigaciones que en esta materia se han producido en nuestra Alma Mater.