El Programa Andrés Bello. Estímulo a la calidad del pregrado

Por: Patricia Coll. CNP. 14.275

Con una importante concurrencia de las distintas carreras que imparte la Universidad de Los Andes, contó la nueva convocatoria del Vicerrectorado Académico para participar en el Programa “Andrés Bello”. Premio estímulo a la calidad del pregrado, que es una muestra de la cultura de permanente revisión y mejoramiento que se está imponiendo en el quehacer académico de la institución. Luego de un proceso riguroso de evaluación, ya se conocen los resultados y el lunes 25 de junio, a las 5 de la tarde, en el Salón del Paraninfo, se entregará la premiación y certificación, según informó la profesora Patricia Rosenzweig Levy.

Carreras que clasificaron en el Programa “Andrés Bello”

Estas son las 20 carreras clasificadas y el orden de los resultados: Ingeniería Química, Bioanálisis, Biología, Química, Ingeniería Eléctrica, Farmacia, Nutrición y Dietética, Física, Diseño Industrial, Odontología, Enfermería, Ingeniería de Sistemas, Matemáticas, Contaduría Pública (Mérida), Ingeniería Mecánica, Ingeniería Civil, Geografía, Arquitectura, Ingeniería Geológica, Administración de Empresas (Mérida).

La calidad no se decreta, es un logro que hay que trabajar

La Vicerrectora Académica destacó el espíritu que concibió al Programa “Andrés Bello”. Premio estímulo a la calidad del pregrado. “La calidad no se decreta, se logra mediante la práctica de la revisión permanente. Es importante la autoevaluación de los factores que intervienen en los procesos de aprendizaje y enseñanza, con el fin de reconocer lo que haya que reconocer y  cambiar lo que haya que cambiar. Ese es nuestro compromiso como universidad. Por ello, el Vicerrectorado Académico procura, no solo la continuidad de esta iniciativa, que nació durante la gestión del doctor Humberto Ruiz Calderón, sino su fortalecimiento”.

“La Universidad de Los Andes es referencia para las instituciones de educación superior en muchos aspectos, entre ellos, el diseño y aplicación de este novedoso programa que tiene como fin último garantizar un alto estándar de formación de los profesionales que egresan.  Somos faro de luz que alumbra el camino hacia la verdad académica”.

Destacó, además, el gran esfuerzo realizado para lograr el llamado, luego de 4 años, debido a las dificultades presupuestarias. “Sin duda, que la falta de recursos recurrentes es un gran obstáculo para la regularidad del programa. Sin embargo, hoy vemos que, a pesar del tiempo transcurrido desde la última convocatoria,  casi todas las facultades participaron de manera entusiasta. Nuestro objetivo es lograr la consolidación e institucionalización del Programa Andrés Bello, para que sea el instrumento permanente de autoevaluación que se mantiene en el tiempo.  No cejaremos en este propósito”.

A pesar de las dificultades el PAB cuenta con aceptación

Los decanos de las facultades de Ciencias Forestales y Ambientales, Darío Garay; Ciencias, Nelson Viloria, e Ingeniería, Oscar Camacho, reconocieron el esfuerzo del Vicerrectorado Académico para reactivar el Programa “Andrés Bello”, así como los beneficios que éste aporta.

La Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, ha participado y clasificado en todas las convocatorias, lo cual nos enorgullece -comentó su decano, Darío Garay- esto nos ha permitido contar con algunos recursos que son utilizados para fortalecer actividades propias de la dinámica académica.

Al referirse a la importancia que tiene el PAB para el pregrado, destacó la necesidad de que esta iniciativa cuente con el apoyo del Consejo Universitario para que se le asigne un presupuesto recurrente. No dejó de reconocer el gran empeño que el Vicerrectorado Académico ha puesto para su reactivación.

Igual ha sido la participación de la Facultad de Ciencias. Nelson Viloria, decano de ésta, explicó la significación que para ellos tiene el PAB. “No podemos negar que los recursos que hemos obtenido contribuyen para que los departamentos adquieran insumos y complementen sus actividades. El otro aspecto fundamental es que demuestra que la calidad de la docencia es también una prioridad, al igual que la  investigación y la extensión”.

“El PAB nació con muy buena filosofía, pero sin presupuesto asignado y las diferencias entre las autoridades no le ha permitido consolidarse. Los incentivos para participar son pocos debido a los limitados recursos. Es enorme el esfuerzo de la Vicerrectora Académica. A pesar de todo, esto hace que la academia viva a pesar de las finanzas de la universidad”.

Considera que para evaluar el PAB, es necesario que éste se consolide, ya que cuando la burocracia y las finanzas tapan todo, no se puede analizar el fondo.

Por su parte,  el decano de la Facultad de Ingeniería, Oscar Camacho, se mostró complacido pues en la historia del PAB es la primera vez que participan con todas sus carreras y califican. Orgulloso de que el primer lugar sea de la carrera de Ingeniería Química, y de los otros puestos alcanzados.

Felicitó al Vicerrectorado Académico por el trabajo que realiza. Considera que todo programa que sea exitoso debe contar con apoyo para que pueda institucionalizarse y se le asignen los recursos necesarios.

Todos los decanos coincidieron en la necesidad de unir esfuerzos para que el PAB se establezca de manera definitiva.  Reconocen que los estándares de calidad que establece, impulsa el mejoramiento cualitativo  de las carreras, como la autoevaluación,  que deja ver las deficiencias que existen, para trabajar en ellas y poder mejorar.