Fray Juan Ramos de Lora, La Casa de Educación, El Seminario y la Universidad de Los Andes

Lic. Pedro M. Molina

El 26 de febrero de 1785, hace 224 años, los pobladores de la pequeña urbe emeritense salieron entusiasmados a recibir a un ilustre y esperado visitante, que procedente de Ciudad México llegaba con la misión de desempeñarse como Obispo de la recién creada Diócesis de Mérida. Se trataba de Fray Juan Ramos de Lora, oriundo de Sevilla, España (1722), quien antes de llegar a Mérida había hecho escala en Maracaibo donde permaneció durante casi un año.

El 29 de marzo de 1785, a un mes de su arribo a esta ciudad intramontana fundó, en el convento abandonado de los franciscanos, ubicado a una cuadra de la Plaza Mayor, una Casa de Educación para jóvenes inclinados a la carrera eclesiástica. Instaló en ella las cátedras de Latinidad, Filosofía y Moral y ya en junio el Rey Carlos III aprobaba su erección como Seminario Tridentino. Recibió el nombre de Colegio Seminario de San Buenaventura de Mérida, y creció y evolucionó tan rápidamente que en 1806 fue autorizado para otorgar grados mayores y menores como si se tratara de una Universidad, pero sin recibir esta denominación.

El 21 de septiembre de 1810 la Junta Superior Gubernativa de Mérida le concedió, mediante decreto, la gracia de Universidad con el título de Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros. Nacía así nuestra actual Alma mater. Los avatares de la guerra de independencia, sin embargo, impidieron su normal funcionamiento y permaneció inactiva durante largos años. En 1832 el gobierno del Gral. José Antonio Páez decide activar la Universidad de Mérida y encomienda al Pbro. Ignacio Fernández Peña la redacción de sus primeros Estatutos, con lo cual queda separada formalmente del Seminario y se convierte en una institución laica.

A lo largo del siglo XIX  a la Universidad emeritense se le denominó de diversas maneras: Universidad de San Buenaventura, Universidad de Mérida, Colegio de Mérida, Academia. El 24 de septiembre de 1883 se le designó con el nombre definitivo de Universidad de Los Andes por Decreto del Presidente Antonio Guzmán Blanco.

Aun cuando antes de 1806 no existía en Mérida  institución alguna que otorgara grados mayores y menores y no obstante haber sido en 1810 cuando el Seminario recibió el título de Real Universidad, el vínculo entre la Universidad y el Seminario y entre este y la Casa de Educación fundada el 29 de marzo de 1785 por el Obispo Ramos de Lora fue tan decisivo, que se puede afirmar que dicha Casa es el antecedente más remoto y primordial de la Universidad de Los Andes. Por ello nuestra Alma Mater celebra cada año, de manera solemne, aquella fecha, aquel día en que el Obispo franciscano sembró la simiente primigenia.