Dr. Ramón Parra Picón (1848-1917)*

Pedro María Molina.

Médico cirujano, farmacéutico, partero, además de escritor y docente, de destacada actuación en las dos primeras décadas de la Mérida del  siglo XX. Recién estrenado el régimen de Juan Vicente Gómez, el ministro de Instrucción Pública, Dr. Samuel Darío Maldonado, le solicita asumir el rectorado de la Universidad de Los Andes, cargo que ejerce durante un periodo de nueve años, desde el 19 de enero de 1909 hasta el 14 de octubre de 1916 .

Nacido en Mérida el 31 de agosto de 1848, hijo de Caracciolo Parra y Olmedo (el Rector Heroico) y de Julia Picón Febres, inició sus estudios en el Colegio Seminario donde obtuvo a los trece años el primer premio en los exámenes de Latinidad. Igual aprovechamiento obtuvo en los estudios de Filosofía y de Medicina; estos últimos los continuó en la Universidad Central de Venezuela donde recibió la Licenciatura en 1870 y los complementó en Mérida recibiendo el Doctorado en 1872. Inició el ejercicio de la profesión tanto en Trujillo como en Maracaibo ciudades a donde tuvo que trasladarse debido a la situación política que se vivía en Mérida en esos años. A partir de 1880 se vinculó estrechamente a la Universidad merideña como docente a cuyo cargo estuvieron las cátedras de Semiología, Cirugía, Obstetricia y Medicina Operatoria.

En opinión de Alberto Noguera “la contribución con el establecimiento y consolidación de la cirugía en el Occidente del país, es parte significativa de la obra del Dr. Ramón Parra Picón, realizada durante los años de residencia en Maracaibo, en las décadas en Mérida y en las salidas asistenciales por los Andes y Cúcuta […]. Su deseo de superación se hace patente en el uso regular de la biblioteca y en los viajes de estudio por Europa”.  En París se especializa en cirugía y aprende e incrementa los conocimientos y destrezas sobre anestesia y operatoria y sobre la profilaxis de la infección y la hemorragia.

La formación intelectual y científica del Dr. Parra Picón era sólida y actualizada, a pesar de vivir en Mérida, ciudad retirada entre montañas, apegada al provincianismo y distante de la capital de la República. Destacaba no solo como uno de los más reconocidos catedráticos de la Universidad de Los Andes sino como médico cirujano de notable prestigio, a tal punto que se le solicitaba en toda la región andina.

Publica sus conocimientos y opiniones en periódicos y revistas tanto de Mérida como de Caracas. Uno de sus artículos, referente al tratamiento de la peste bubónica, publicado en la Gaceta Médica de Mérida en junio de 1908, año en que apareció esta enfermedad en Caracas, generó una polémica de trascendencia nacional con el Dr. Luis Razetti, rector de la Universidad Central de Venezuela, médico de gran fama y Secretario Perpetuo de la Academia Nacional de Medicina.

Aunque fue Diputado al Congreso Nacional entre 1880 y 1881 la política no lo sedujo de una manera especial, pues en adelante  dedicó  todo su esfuerzo y talento al ejercicio de su profesión como médico y a la docencia en la Universidad. En 1894, al organizarse la Facultad de Farmacia, fue uno de sus profesores, pues también era profesional en esta disciplina.

Culminó su actuación con el cargo de Rector en el período 1909-1917 durante el cual realizó un gran esfuerzo por mejorar la situación de la Universidad, única que se hallaba en actividad en el país. Creó los gabinetes de Química, Física e Historia Natural, amplió la Biblioteca, reconstruyó la casa anexa al edificio de la Universidad y restauró los claustros y salones de clase. Con la colaboración de Tulio Febres Cordero arregló el Archivo de la Universidad y encuadernó la documentación en volúmenes empastados, lo cual permitió que se conservara para la posteridad este valioso patrimonio histórico. También dio continuidad a la Gaceta Universitaria. El 20 de marzo de 1910 promulga un Decreto que declara el 21 de septiembre del mismo año como día festivo para la Universidad por cumplirse el centenario de su fundación. Además dicta el nuevo Reglamento de la Universidad y  aprueba un Estatuto, por decisión del Ejecutivo Nacional, que establece la organización del “Liceo Mérida”, al cual se le denomina “Liceo Universitario”.

Ramón Parra Picón murió en Caracas el 13 de abril de 1917,  culminando así uno de los rectorados más fructíferos de nuestra Universidad.