EL PRIMER ESCUDO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES, OBRA DE MIGUEL NICANDRO GUERRERO

José Mejías Lobo – Pedro María Molina

El sello es para las instituciones públicas uno de los elementos representativos y simbólicos esenciales, no solo desde el punto de vista legal por su utilización para la validación y autorización de documentos, sino también por su significado histórico intrínseco, pues generalmente el sello incluye un escudo como su figura impresa –este se usa también en las placas que identifican a las instituciones, en los membretes de la papelería, etc. El escudo y sello de la Universidad de Los Andes no escapa a esta consideración.

Al respecto constatamos que a pesar de la importancia  histórica y simbólica del sello (o escudo) que identifica a nuestra Alma máter, este ha sido muy poco estudiado en cuanto a su origen y evolución; a ello se añade algunas apreciaciones inexactas respecto a su simbología y autoría. A continuación presentamos el resumen o reseña de un trabajo investigativo enfocado fundamentalmente hacia el tema de la autoría del primer sello o escudo de nuestra Universidad y a la descripción simbólica del mismo, basado en fuentes de primera mano que forman parte del fondo documental del Archivo Histórico “Eloi Chalbaud Cardona de la Universidad de Los Andes.

  1. El primer sello y el primer escudo

Estrictamente hablando, el primer sello de nuestra Universidad no es –como se cree– el que fue mandado a confeccionar en 1852 en Estados Unidos y cuya autoría algunos historiadores atribuyen al entonces rector José Francisco Mas y Rubí, a lo cual se oponen quienes afirman que fue diseñado por el Dr. Miguel Nicandro Guerrero. En nuestra indagación documental hemos hallado un sello más antiguo, utilizado desde 1837 hasta 1852 y cuya composición es en extremo simple, pues está constituido por una guirnalda o corona (de olivo probablemente) que encierra o sirve de orla a la leyenda UNIVERSIDAD DE MÉRIDA, sin ningún otro aditamento. Fue, según creemos, el primer símbolo que usó nuestra Universidad como imagen institucional identificativa en sus documentos. No contamos con referencia documental alguna respecto a su autoría.

No obstante existir este sello, desde 1849 el rector José Francisco Mas y Rubí manifestaba a la Junta de Inspección y Gobierno la necesidad que había en la Universidad de un sello grande y otro pequeño, tanto para los diplomas como para los documentos de Secretaría; en consecuencia, el 21 de julio de 1852 la Junta de Inspección y Gobierno comisiona al joven doctor Miguel Nicandro Guerrero “para que formalice un diseño”, viaje a la capital de la República y lo mande a elaborar en Estados Unidos. ¿Cómo entender esta decisión siendo que la Universidad contaba con su sello? La explicación está en que dicho sello era demasiado simple y no proporcionado al mérito y dignidad de una Universidad cuya fama traspasaba las fronteras nacionales. En otras palabras, la Universidad emeritense requería de un sello que contuviera un escudo o emblema identificativo, con la carga simbólica e histórica propia de los escudos institucionales. Aquel sello de 1837 no satisfacía estos requerimientos.

Para la formalización del diseño se le aportaron a Guerrero los elementos o símbolos que debía llevar: 1. Un báculo; 2. una mitra; 3. una antorcha; 4. un libro abierto con la leyenda initium sapientiae timor domini; 5. un globo; 6. un compás; 7. ”otros instrumentos representando el estudio de las ciencias matemáticas y filosóficas”. El diseño que finalmente Guerrero envía a Estados Unidos contiene otros símbolos además de los que inicialmente se le indicaron. Son éstos: 1. una paloma, dibujada en la parte frontal de la mitra; 2. unas ínfulas, que cuelgan de la mitra y reposan sobre el libro abierto; 3. un folio o pergamino abierto; 4. un catalejo; 5. dos ramas, una a la derecha (de olivo, suponemos) y otra a la izquierda (de palma, suponemos); 6. una flor de lis, erguida, en la parte superior del sello; 7. dos flores de lis unidas, yacentes, en la parte inferior del sello; 8. una orla, que circunscribe o encierra a todos los demás elementos, conformada por la leyenda universitas emeritensis.

Es bueno aclarar que una cosa es el sello como impronta o imagen (que puede consistir en un escudo) y otra cosa es el sello como utensilio para sellar. Al respecto vemos que el 21 de julio de 1852 a Miguel N. Guerrero se le comisiona no solo para que “formalice” el diseño (del escudo contenido en el sello) sino también para que “encargue” los sellos a los Estados Unidos, es decir, la herramienta de sellar, el cuño o matriz contentivo de la imagen grabada. En efecto, los sellos que llegan de aquel país son, uno pequeño para sello húmedo (impresión con tinta) y uno grande, consistente en una herramienta de más de 3 kg. de peso, para sello seco o impronta en relieve. Ambos sellos se conservan en la Oficina de Imagen Institucional de la Universidad de Los Andes.

  1. José Nicandro Guerrero, autor del primer escudo de la Universidad

Respecto a la autoría del sello (escudo) de 1852, que es el que realmente nos interesa investigar por ser la matriz o fundamento de la mayoría de los escudos de nuestra Universidad a partir de la segunda mitad del siglo XX –incluido el actual–, creemos necesario primeramente diferenciar entre diseño y autoría. Según el DRAE, diseño es la “Descripción o bosquejo de alguna cosa, hecho por palabras” (2ª acepción). Si nos atenemos a esta definición podemos considerar que el diseño fue obra, en primer lugar, de la Junta de Inspección y Gobierno –presidida entonces por el rector Pbro. Francisco Mas y Rubí e integrada además por el Dr. Pedro Juan Arellano y el Dr. Miguel María Candales–, pues fueron sus integrantes quienes indicaron a Miguel N. Guerrero tanto los elementos como la forma y las medidas del sello, amén de las inscripciones (Universitas emeritensis e Initium sapientiae timor domini) En segundo lugar habría que considerar a quien agregó, a los siete elementos iniciales del escudo aportados por la Junta de Inspección y Gobierno, los otros ocho elementos. Nada nos impide pensar en el mismo Miguel Guerrero, pues la Junta le dio carta blanca para agregarlos, al asentar en el acta la frase “y otros instrumentos representando el estudio de las Ciencias Matemáticas y Filosóficas”.

Definido el autor del diseño del sello (escudo) hemos de precisar ahora al autor de la obra, es decir la persona que lo plasmó en un soporte (papel), la que logró la composición o distribución armónica de los elementos poniendo en juego sus habilidades como dibujante, su sensibilidad, su  inspiración y quizás algunos conocimientos del arte de la heráldica. Hoy en día la teoría y la legislación relativas a los derechos de autor permiten definir más fácilmente a quién corresponde la autoría en una obra como el escudo de la Universidad. En este sentido creemos que corresponde al artista, es decir a la persona que lo expresó gráficamente.

Al respecto, leyendo el acta de la Junta de Inspección y Gobierno del 21 de julio de 1852, encontramos que esta “acordó que se comisionase al Doctor Miguel Guerrero para que formalizase un diseño …” (negritas nuestras). Si consideramos que formalizar se refiere a dar forma, inferimos que la tarea que se le asignó al Dr. Miguel Nicandro Guerrero fue la de dar forma al escudo de la Universidad a partir de los elementos que se le aportaron, es decir la de organizarlos y representarlos en un dibujo, tarea delicada que no se le podía asignar a alguien sin conocimientos en la materia, ergo Miguel Guerrero debió de ser dibujante (de tal afirmación encontramos apoyo en testimonio del escritor merideño Eduardo Picón Lares (1889-1960) en cuya obra Revelaciones de Antaño comenta sobre un venerado retablo de San Emigdio, el patrono que protege de los terremotos “…pintado por el gran orador parlamentario doctor Miguel Nicandro Guerrero, quien era aficionado al arte del pincel”.) Todo ello nos da fundamentos para afirmar nuestra hipótesis de que fue el Dr. Miguel Nicandro Guerrero el autor del primer escudo de nuestra Universidad.

  1. Resumen concluyente

El escudo actual de la Universidad de Los Andes, con sus elementos y simbología heráldica e histórica, tuvo su origen en 1852. La idea e iniciativa que llevó a su elaboración fue de la Junta de Inspección y Gobierno de entonces, presidida por el rector Pbro. José Francisco Mas y Rubí, pero la autoría corresponde –según nuestra hipótesis, basada en la documentación que existe sobre el tema– al Dr. Miguel Nicandro Guerrero. Como información adicional tenemos que desde 1890 el escudo nacional fungió como emblema de nuestra Universidad, hasta 1951 cuando se retomó como símbolo el escudo de 1852.